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Miguel Ángel Azorín es uno de esos profesores que no para. De noche, una vez que sus tres pequeños ya duermen, coge su ordenador y se pone a trabajar. Se trata de «faena para el cole», explica. Es profesor de Educación Física de Primaria en el Colegio Padre Dehon de Novelda, en Alicante. Y también pertenece al equipo de innovación educativa del centro. Por todo ello forma parte del «Top 100 mundial de profesores que aplican Flipped Classroom», un modelo pedagógico de enseñanza popularmente conocido como aula invertida («Flipped Classroom»), que consiste en grabar las tradicionales clases de cualquier asignatura en vídeo para que sean visto en casa por los alumnos para, después, hacer los ejercicios pertinentes en clase bajo la supervisión del docente. Según las investigaciones, este sistema mejora la manera en la que los alumnos asimilan los conceptos, mejorando su rendimiento y notas.
Azorín, que lleva 21 años trabajando como maestro, cree mucho en la motivación de los alumnos mediante el trabajo del aula y en que ellos sean el centro de su propio aprendizaje a través del modelo «Flipped Classroom» y de metodologías activas como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y la gamificación. Hablamos con él para conocer mejor su trabajo con los menores, quienes deberán hacer frente a los retos del futuro.
En este mundo tecnológico en el que nos encontramos y en el que se debate mucho sobre si se debe educar a los niños de hoy para las profesiones del futuro, aunque algunas de ellas hoy ni siquiera aún las conozcamos, ¿crees que estamos en ello?
Los alumnos con los que empecé a trabajar no tienen nada que ver con los actuales. Ni siquiera estos últimos se parecen a los que tuve hace siete años. El cambio cada vez se produce antes. Creo que la tecnología en el mundo educativo ha venido para quedarse y para mí es muy importante. Pero también es verdad que debemos tener claro que la tecnología el medio que a los docentes nos facilita el trabajo y a los alumnos el aprendizaje.
Hablas de tecnología como medio pero… ¿en qué la estamos convirtiendo?
Las familias solo la ven como un mero entretenimiento para sus hijos. No se dan cuenta de que una tableta, en manos de un niño, es un arma super poderosa para provocar aprendizaje. Antes, teníamos las enciclopedias para buscar información. Hoy tenemos Internet al alcance de la mano.
Por otro lado, hay también profesores que tienen cierto miedo a las herramientas tecnológicas porque no las controlan y piensan que les puede perjudicar cuando lo que necesitan es tiempo para aprender a manejarlas. Hasta que eso no suceda, no se darán cuenta de lo que les puede ayudar.
Además de todo ello, los docentes debemos inculcar el buen uso de las nuevas tecnologías entre los menores. En mi colegio, los alumnos se traen una tableta por equipo y es para trabajar dentro del aula. No se distraen ni buscan otras cosas. Ellos saben qué uso tienen que hacer.
Así que eres un firme defensor del buen uso de la tecnología para el aprendizaje…
No se trata de usar la tecnología por usar. Si no de saber para qué me va a servir de cara al aprendizaje. Por ejemplo, a los alumnos les vale para aprender a crear contenido digital. Hace años, si no sabías leer o escribir no eras nadie. Hoy, los alumnos, si no saben manejar las herramientas tecnológicas lo tendrán muy difícil. Por tanto, tenemos que enseñarles, con esas herramientas tecnológicas, qué material pueden ir creando. Lo importante, a parte de que los alumnos se diviertan mientras aprenden, que es algo para mí fundamental, es que ellos mismos se den cuenta de que son el centro de su propio aprendizaje siendo creadores de contenido. Mis alumnos, con Genially, una herramienta digital interactiva, hacen unos trabajos espectaculares. Y yo no se la he enseñado.
¿Conseguís captar más la atención del alumno con la tecnología?
Sí, pero no solo gracias a ella sino a la combinación de la tecnología con metodologías activas. La atención aumenta, el trabajo mejora y el interés por aprender de mis alumnos es mayor. Aprenden más y disfrutan más. Yo trabajo con cuatro metodologías dentro del aula: «Flipped Classroom», gamificación, aprendizaje basado en proyecto y trabajo cooperativo. Todo ello me lleva a que mis alumnos disfruten dentro del aula, aprendan muchísimo y adquieran unas habilidades competenciales enormes. Incluso llego a emocionarme al verles lo que son capaces de hacer.
¿Cómo usas la gamificación en clase?
Para mi es la clave para poder aumentar la motivación dentro del aula.
Has sido nominado a mejor profesor de Primaria en España por los premios Educa ABANCA. Además también he sido elegido en el TOP-100 de maestros y profesores K-12 (Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato) del mundo en los años 2017 y 2018. ¿Qué has hecho para merecer tanto reconocimiento?
No tengo ni idea (risas). Yo soy un maestro normal y corriente pero sí es verdad que soy un culo inquieto, me gusta leer, investigar, crear cosas… Me gusta mucho mi profesión y ver cómo mis alumnos mejoran, algo que requiere de muchas horas fuera del colegio. Pero la recompensa merece la pena.
¿Qué líneas crees que debe seguir la educación para el futuro?
Trabajar con metodologías activas, que el alumno sea el centro de su propio aprendizaje y que construyamos las mejores personas posibles para la sociedad del futuro para que la actual cambie. Hay cosas que hoy hemos normalizado cuando hace unos años nos escandalizarían. Nuestros alumnos deben crear una mejor sociedad del futuro. Estamos educando a quienes dirigirán nuestro país. Hay que cuidarles. Si educamos a buenas personas, tendremos futuros buenos profesionales y no al tradicional jefe cabrón.
Ana I. Martínez
Fotografía: Unsplash