«¿Qué crees que tu hijo espera de ti en la grada? Que no hagas nada»

[ABC.es]

No es raro encontrar cada cierto tiempo algún vídeo circulando por la Red con unos padres enloquecidos que, desde la grada, insultan al árbitro del partido en el que juega alguno de sus hijos. En otros casos, la presión es hacia el adversario, y en el peor de ellos, hacia sus propios descendientes. Conscientes de la importancia de los padres en el proceso educativo y de la necesidad de que estos sean los que den ejemplo a los más pequeños, La Liga presentó este miércoles en el Estadio Wanda Metropolitano su tercera edición de la Escuela de Valores, unos encuentros con los que esperan llegar a 1.200 padres.

Campos sin insultos, libres de violencia, con buenos valores y sin racismo ni atisbo de discriminación. Es el objetivo de las charlas de concienciación con padres, que se harán tanto en la sede de 25 equipos de primera y segunda división de La Liga como en colegios. En definitiva, se trata de «ayudar a los chavales a ser mejores personas y formarse como tales», contó Roberto Bermúdez de Castro, director de Relaciones Institucionales de LaLiga.

Por su parte, Luis Gil, director del área de Competiciones y la Oficina del Jugador de LaLiga y exjugador profesional confesó que su intención cuando jugaba al fútbol de adolescente era «pasarlo bien». Según contó, sus padres nunca fueron a verlo jugar hasta que se convirtió en profesional, «simplemente quería disfrutar».

El encargado de «despertar» a los padres de este estado, como él mismo expone, será ángel Sanz, exdeportista profesional y mentor deportivo. En la casa del Atlético de Madrid, unos 300 padres de jugadores de categorías inferiores tuvieron la oportunidad de asistir a su lección magistral, en la que el educador dejó clara la necesidad de que los padres sean un referente para los suyos. Según expuso Sanz, las probabilidades de que un jugador de la cantera lleguen a jugar en primera división son del 0,45%, entonces, se pregunta, «¿qué esperáis los padres?».

«Lo único que tenemos que hacer los padres es asegurarnos de que nuestro niño está siendo educado con unas pautas y valores que hemos marcado», contó Sanz, que pidió que al entrenador «se le deje hacer su trabajo» y no se le exijan responsabilidades (educativas) que no se le pueden exigir. Pero además del entrenador, es muy importante también la relación con el club, que debe proporcionar un entorno adecuado para que los niños crezcan y se formen correctamente. Ahí resulta clave la necesidad de respetar al árbitro como figura de autoridad, aunque a veces pueda confundirse, «como todos».

Entre los aspectos tratados en las charlas, destaca la explicación del llamado «Síndrome de Enajenación en la Banda», que define algunos comportamientos que los padres llevan a cabo mientras sus hijos juegan partidos de fútbol o entrenan. «Es algo que se aprecia muy fácilmente, cuando el padre se convierte en la pesadilla del árbitro, o cree que es el entrenador del equipo… por ello, como cualquier »síndrome», necesita un diagnóstico y una solución que nos permita vivir un deporte saludable», explica el mentor deportivo de la iniciativa. En esta línea, identifica cuatro tipos de padres: la pesadilla del árbitro, el entrenador en la banda, el francotirador y el «cheerleader» motivado.

Nieves Mira

Fotografía: Unsplash

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