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La adolescencia es una etapa en la que la autonomía, la independencia y la distancia del adulto resultan vitales, por lo que este grupo de edad está padeciendo de manera intensa la llamada cuarentena. Lo explica la psicóloga Pilar Conde, quien recomienda la búsqueda del equilibrio entre las normas de casa para estos días y cierta permisividad en cuanto a espacios y tiempos, para evitar que se apodere de ellos una sensación de impotencia y ahogo.
En esta etapa, explica la directora técnica de Clínicas Origen, se vive al día, en el corto plazo, en la intensidad de las relaciones sociales y afectivas. En estas edades, las amistades resultan cruciales para el desarrollo. Además, todo gira en lo inmediato: las quedadas con los amigos, el deporte en el instituto, salir los fines de semana. Si a esta búsqueda instantánea de la felicidad se suma el deseo de nuevas sensaciones y nuevas experiencias, «el no poder vivenciarlo se experimenta como una pérdida y con una frustración más intensa de la que podemos experimentar los adultos».
Esta frustración, añade la experta, puede verse acrecentada por una incomprensión ante las normas impuestas. El adolescente tiene el foco de atención dirigido hacia sí mismo, con lo cual es más difícil hacerle comprender la importancia de estar en casa para ayudar a los demás. Por otro lado, es un tiempo en el que «uno se cree invencible y piensa que no le puede suceder nada». Si a esto le sumamos que los medios insisten en la incidencia de la enfermedad en los ancianos, acaban pensando que ellos no tienen riesgo, por lo que pueden tolerar peor el confinamiento.
En este punto es mejor no tratar de imponernos con nuestra opiniones, sino usar como referencia la de los expertos y las decisiones que se toman y por qué se toman. Puede ayudar ver con ellos algún tipo de video, información o documental que les ayude en la comprensión de lo que está sucediendo.
En cuanto a las tareas, es recomendable confiar en su responsabilidad para organizarse y repartir estudio y tiempo libre, además de consensuar con los padres un tiempo mínimo de ocio conjunto. Por ejemplo, ver una película o realizar algún deporte en familia.
Además, Pilar Conde, nos deja, desde Origen, estos consejos para ayudar a los adolescentes a pasar el confinamiento:
Validar sus estados emocionales. Es normal que se sientan frustrados, que no les parezca justo. No decirles como se tienen que sentir. Es bueno decirles que sabemos que no es justo, pero que tiene que decidir como quiere afrontarlo.
Acordar junto a ellos los hábitos saludables.
Permitir que tengan contacto con sus amistades, así como que realicen dinámicas entre ello.
Tolerar que tenga intimidad en su habitación. Está cumpliendo con el confinamiento, pero necesita pasar tiempo sin la supervisión de los padres.
Si oímos cosas que está hablando con sus amigos, no entrar, es importante que perciba que tiene intimidad.
Se puede establecer un tiempo al día de queja. Vale ahora tienes estos 20 minutos para quejarte sobre la situación y nosotros no vamos a rebatirte.
Conversar sobre lo que está sucediendo, respetar sus opiniones y tenerlas en cuenta.
Cuando todo esto acabe, como reza la frase, ya tan usada, padres, tutores y profesores tendrán que reevaluar con ellos la situación. Será normal entonces que quieran hacer todo lo que no han podido y más al finalizar el riesgo de contagio por covid19. Será trabajo de los adultos en ese momento, marcar los límites y poner condiciones. Si los chicos ya están expresando esos deseos de nuevas experiencias en voz alta, incluso fantaseando y exagerando, advierte la psicóloga, lo correcto será decirles que cuando llegue el momento se valorará y que se tendrán en cuenta las actuales circunstancias para tomar una decisión. Si algo no va a ser posible, por ejemplo viajar sin la supervisión de adultos, es mejor dejarlo claro ahora. Si, por el contrario, un deseo es viable, será muy bueno para el adolescente poder visualizarlo. Les ayuda a sobrellevar los días en casa y seguir esperando el final de la pandemia.
S.F.
Fotografía: Unsplash