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Continúa el fuego respecto a las recientes declaraciones de la ministra Celaá en las que aseguraba —en relación al pin parental— que los «hijos no pertenecen a los padres». Silvia Álava Sordo, doctora en Psicología y autora de «Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron», no duda al asegurar a cualquier padre que «tu hijo es tu hijo», aunque sí matiza que «no le pertenece en el sentido de que el hijo tendrá su vida propia según avance en edad y no hará siempre lo que sus progenitores quieran. Por eso, cada uno —hijos y padres— se realiza de forma diferente, pero los padres son los responsables de educarle lo mejor posible en función de sus criterios».
En este sentido, lamenta, por ejemplo, que haya padres que se empeñan en que sus hijos sean youtubers, actores, deportistas… «personas en lo que los padres desean que se conviertan, no los hijos, porque es una forma de sentirse ellos realizados».
Incide en que los padres son los responsables de la educación de sus hijos, «y por eso hay que pensar en lo mejor para ellos. Son los encargados de potenciar las virtudes de sus hijos y mitigar sus defectos. Que alguien te imponga la educación que debes dar a tus hijos genera gran frustración».
Esta experta recomienda, en cualquier caso, tener «sentido crítico ante toda la información que reciban los hijos desde diferentes ámbitos, como el escolar, los medios de comunicación, redes sociales, amigos y sociedad en general. Lo fundamental es educar en el respeto —recalca—, que debe estar presente de hijos a padres, pero también de padres a hijos».
Para ello, la educación deben incluir siempre valores. «Hay valores que son universales, como la tolerancia, el respeto…, que deben estar presentes en todas las familias, y muchos otros que se deben enseñar para el buen desarrollo de los hijos como individuos adultos».
Para no equivocarse recomienda que los padres se informen muy bien de los beneficios y ventajas de estos valores, «pero a través de datos y hechos contrastados por evidencias científicas, que hay muchos, y no por opiniones de otras personas sin argumentos de peso».
Laura Peraita
Fotografía: Unsplash
