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Nadie sabe nada. Nadie concreta nada. Y nadie anuncia nada. Esta es la inquietante realidad en la que se encuentran numerosas familias, para quien la «desescalada» está siendo más complicada que el confinamiento. Y es que a medida que se van suavizando las restricciones del estado de alarma, la sociedad empieza a recobrar cierta «normalidad». Muchos progenitores ven cómo sus ERTE finalizan, otros empiezan a recibir avisos de sus empresas de que en breve tendrán que regresar a la oficina y dejar de teletrabajar, etc. «¿Y qué hago con los niños que siguen sin ir al colegio?», se preguntan muchos.
No hay respuesta. Esa es la triste realidad. «La conciliación no existe. Yo mañana no tengo quién cuide de mis hijos pequeños y mi única opción es pedir días de mis vacaciones», relata una madre. «El problema es que mis vacaciones no son eternas. Ni juntándolas con las de mi marido duran de aquí a septiembre, si es que para entonces vuelven al colegio, que ni siquiera lo sabemos», recuerda.
«¿Alguien está pensando en el desajuste que está produciendo todo esto?», se pregunta otra progenitora. «Mi marido vuelve en breve al trabajo tras salir de un ERTE. Y yo voy a tener que teletrabajar al mismo tiempo que voy a tener que ocuparme de dos niños pequeños en casa», comenta. «¿Alguien me dice cómo lo hago? -continua- No, nadie te ayuda y sientes más presión y estrés que nunca».
«La realidad es que la conciliación a nadie le importa», asegura otra. «Yo le he planteado a mi empresa seguir teletrabajando porque no tengo con quién dejar a mi hijo pequeño. Y me ha dicho que no. A finales de mes tengo que volver a la oficina. Dicen que no es problema de ellos. Lo único que me sugieren es que me coja una excedencia o una reducción de jornada», cuenta.
Las excedencias o las reducciones no son solución
Las asociaciones de familias son muy conscientes de esta realidad. Preocupadas, están también trabajando para que la conciliación no se haga añicos en la desescalada, ya que se podrían perder los pocos avances conseguidos en dicha materia.
La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) pide al Gobierno que tome medidas que faciliten la conciliación como que los progenitores tengan flexibilidad horaria, jornadas intensivas y puedan acogerse a jornadas mixtas de teletrabajo y trabajo presencial. Asimismo, para los que no puedan teletrabajar, piden ayudas para la contratación de cuidadores. Y recuerda que, hasta ahora, las medidas del Gobierno «se reducen a pedir excedencias o reducciones de jornada», una opción «inviable para la mayoría».
El Foro de la Familia habla de «discriminación», ya los trabajadores que sean padres y madres se verán obligados a renunciar a su empleo para cuidar de sus hijos o bien incrementar el gasto familiar para poder seguir trabajando.
«No es viable que la conciliación pase por pedir excedencias o reducciones de jornada porque las familias no se pueden permitir el lujo de ver reducidos sus ingresos en esta situación y ante la actual incertidumbre laboral de cualquier trabajador», recuerda la Federación de Familias Numerosas de la Comunidad Valenciana (Fanucova). Para facilitar la conciliación, este colectivo propone jornadas intensivas en los hogares en los que ambos progenitores trabajen para que de esta manera se puedan turnar los padres en el cuidado del hogar y de los hijos obligando a las empresas a que ofrezcan la posibilidad a sus empleados; racionalización y flexibilización de los horarios y subvenciones para el acceso a soportes informáticos para familias numerosas.
También abogan por «apoyo económico para la contratación de empleadas del hogar; y dotar de ayudas a los centros escolares públicos y concertados para que puedan facilitar al alumnado el acceso a la educación de máxima calidad en igualdad de condiciones».
Familias monomarentales y dependientes
La situación de las familias se agrava ya no sólo a mayor número de hijos, sino también en las que son monomarentales o tienen hijos dependientes.
Según una encuesta realizada por Plena Inclusión Madrid a 1.052 personas, en lo relativo a la conciliación, la intensidad y la frecuencia de los apoyos que requieren las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo ha obligado a que uno de cada cuatro familiares haya dejado su trabajo o reducido su jornada para poder hacer frente a los cuidados de su familiar con discapacidad intelectual o del desarrollo. De las personas que están trabajando, presencial o telemáticamente, 3 de cada 5 manifiestan dificultades para conciliar los ámbitos familiar y laboral.
En España existen más de 1.887.000 familias monoparentales, de las que casi un 82 % están encabezadas por mujeres, según los datos facilitados por el ministerio de Igualdad. De hecho, la Plataforma de Familias Monomarentales ha trasladado a la ministra de Igualdad, Irene Montero, su preocupación por los efectos de la crisis socioeconómica derivada de la pandemia y han explicado sus dificultades para teletrabajar durante la emergencia sanitaria debido al cierre de los centros educativos.
«Ahora más que nunca son necesarias las políticas públicas que protejan los cuidados y la conciliación», dijo Montero, sin especificar medida alguna.
Sin respuesta del Gobierno
Y es que el Ejecutivo está sin medidas, aunque estudiará «en las próximas semanas» fórmulas para abordar la conciliación en familias con niños, dada la paulatina reincorporación de los padres a sus puestos de trabajo en los diferentes territorios, según dijo la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, el pasado fin de semana durante su comparecencia ante la prensa.
Fueron varios los presidentes autonómicos los que ya han trasladado al Gobierno cómo se va a gestionar la coordinación con las comunidades autónomas sobre la apertura de colegios y «los elementos tendentes al acompañamiento de la población infantil con motivo de la reincorporación de forma paulatina del conjunto de personas trabajadores a sus puestos de trabajo», es decir, de la conciliación familiar.
Este asunto depende el ministerio de Educación y es Isabel Celaá quien, con los consejeros de Educación de las comunidades, tienen que analizar la situación con el objetivo de «llegar a una fórmula que sea satisfactoria para el conjunto, pero sobre todo para aquellos que se incorporan y necesitan una respuesta rápida sobre la situación del cuidado familiar», dijo Montero.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo también el pasado fin de semana que «sigue en pie» cada medida prevista para cada fase del plan de desescalada relacionada con el ámbito educativo, si bien ha reconocido que se van a «reevaluar a fondo», ya que se buscará un «diálogo profundo» con las comunidades autónomas «respecto a las medidas educativas que tienen una enorme trascendencia».
«Vamos a ir viendo cómo evolucionan las cosas, tenemos una hoja de ruta clara, que es el plan de transición a la nueva normalidad, y también tenemos la posibilidad de que conforme avancen los acontecimientos, ir viendo qué es más adecuado en función de la situación epidemiológica en cada uno de los territorios», zanjó.
A. Martínez
Fotografía: Unsplash