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«Soy Pau Donés Cirera, disléxico, hiperactivo, economista y músico. En la vida he prosperado sin grandes problemas a pesar de mis peculiaridades, incluso más que algunos de mis compañeros de colegio más aventajados. Si eres disléxico, o tienes un hijo que lo es, tranquilo. No pasa nada». Esta era la descripción que el popular músico, recientemente fallecido por un cáncer, hacía de sí mismo en la página web de Jarabe de Palo, ahora suspendida.
Y es que Pau Donés fue un niño con TDAH. De hecho, en una entrevista con un medio peruano en 2013, el músico decía que nunca se avergonzó de nada. De hecho, consideraba que la dislexia y la hiperactividad eran «dos grandes virtudes» con las que había nacido. «Entonces no se sabía lo que eran. Decían ‘este niño es tonto’, cuando era disléxico, o ‘muy movido’, cuando era hiperactivo. ¿Y qué hizo mi madre? Me dio música. Vio que me calmaba. Me ponía Celia Cruz, Nat King Cole, jazz».
Esta fue la razón por la que la periodista Milagros Martín-Lunas decidió contar con Pau Donés en su libro ‘ Mi vida con un TDAH’, recientemente publicado, y cuyo prólogo escribió el cantante a principios de este año, poco antes de morir.
Según escribe el músico, Pau siempre fue de niño el objetivo de los profesores en clase, quienes indicaron a su madre que lo llevara a un «colegio de educación especial» por su bien. Tal era la situación que incluso un docente le aseguró que no servía para nada y que sería un fracasado en la vida.
Pau Donés reconoce que se acostumbró a todo tipo de comentarios hacia él por tener TDAH, por lo que decidió darle una vuelta a la situación: en vez de hundirse y convertirse en víctima, se creció ante la adversidad.
«Mis taras me dotaron de una sensibilidad extra que en la vida me ha ayudado muchísimo. Veía cosas que los demás no veían, escuchaba cosas que los demás no escuchaban, tenía sensaciones que los demás no sentían, y eso me dio una ventaja enorme a la hora de aprender y disfrutar de la vida», asegura en el prólogo del libro.
Gracias a todos esos «defectos», asegura, consiguió ser músico y disfrutar de la vida que siempre quiso. Algo que sin TDAH jamás habría experimentado.
Un libro con base científica
Martín-Lunas narra en ‘Mi vida con un TDAH’, su experiencia como madre de un niño con este trastorno, y plasma así sus «miedos, preocupaciones y pequeñas grandes victorias» desde que obtuvo el diagnóstico.
Su historia la complementan los comentarios del doctor César Soutullo, director de la Unidad Ambulatoria de TDAH del University of Texas Health Science Center. Según explica la autora, «cuando el TDAH entra en tu casa, te revoluciona el alma, tu hogar y todo lo que te rodea». «El diagnóstico provoca una serie de sentimientos encontrados», insiste Martín-Lunas. «Descansas porque por fin tus miedos ya tienen nombre, pero con el diagnóstico se abre ante ti un abismo», agrega.
Así, el libro refleja los momentos de soledad, «la dificultad de tratar lo que le pasa a tu hijo con otras personas» o el sentimiento de culpa que otros padres «te transmiten con ciertos comentarios».
Frases como «tu hijo hace contigo lo que quiere» o «la culpa es tuya porque le consientes todo» son, según la periodista, fruto «del desconocimiento, pero pueden transmitir una gran carga de culpa».
Nacido en la blogosfera
‘Mi vida con un TDAH’ nació de un blog homónimo donde la autora buscaba compartir vivencias y consejos alejada de polémicas.
Quería evitar las luchas entre los que aseguran que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad no existe, quienes hablan de sobrediagnóstico o los que lo consideran una consecuencia de las nuevas tecnologías.
Editado en Libros.com, la obra es una realidad gracias a una campaña de crowdfunding en la plataforma de micromecenazgo de la editorial.
La obra de Martín-Lunas es también una llamada a los maestros, pues «tienen un peso importante en la educación, y en la mayoría de los casos no están preparados para que el TDAH entre en su aula». Puede ser también «una magnífica herramienta para los especialistas, gracias a la opinión y los consejos del doctor Soutullo».
S.F.
Fotografía: Unsplash