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Para los pequeños, la vuelta al cole, y para los mayores, la vuelta a la rutina y obligaciones laborales, cómo afrontarlas y sobrellevarlas sin caer en la depresión
El mes de septiembre está a la vuelta de la esquina y con él, para unos pocos, el inicio de las vacaciones, de disfrutar del sol, de la playa, la montaña… pero no todos tienen la misma suerte. La mayoría deben dejar el bañador y la maleta a buen recaudo y volver de nuevo a la rutina laboral. Para aquellos que regresan de una semana, quince días o todo un mes de descanso, la recomendación es la misma: «la adaptación progresiva» al puesto de trabajo y «pensar en positivo».
La vuelta a la rutina tras las vacaciones de buen humor y sin caer en el desánimo es posible siempre y cuando marquemos unos hábitos concretos. La profesora del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de UNIR, Montserrat Amorós, quien ha destacado que la clave principal es «hacerse a la idea de que, aunque nos duela, las vacaciones no son eternas» según recoge Ep.
Una idea básica pero que «parece que se nos olvida cuando estamos de descanso». Aunque es cierto que «lo fundamental es desconectar lo máximo posible de tu rutina laboral, también es necesario que, en los últimos días, uno sea consciente de que tiene que volver a trabajar y lo haga de la forma menos traumática posible».
Además, como recomendación, Amorós ha indicado que «suele ser mejor volver del destino de vacaciones antes y no el día previo a la vuelta al trabajo para que la adaptación sea mejor y uno tenga días para asumir la vuelta y organizarse».
A veces, en un viaje, también nos estresamos de otras formas, hay que coger vuelos, trenes, autobuses… incluso si se va al extranjero se pueden tener cambios horarios, ir a lugares fríos, sufrir jet lag y demás, estas situaciones también nos apuran durante las vacaciones y no dejan descansar del todo, por ello, es recomendable tener unos días de descanso total en casa antes de volver a trabajar.
Es bueno «tener un margen de dos días en tu propio hogar para asumir las vacaciones y también prepararnos a nivel de la organización, deshacer maletas, descansar, preparar la comida si tenemos que comer fuera de casa, cuidar la logística familiar… todo ello hará mejor la vuelta al trabajo porque nos hemos preparado».
«La idea es que cada persona, cuando tenga que volver a su puesto de trabajo, vuelva con la impresión de que ha disfrutado de sus vacaciones, que haya desconectado, descansado, que haya vivido unos días muy buenos con su familia, amigos o pareja y esos recuerdos le hagan afrontar la vuelta con una mejor sonrisa y con las pilas cargadas», ha explicado la profesora.
Volver a la rutina «a veces es complicado» por eso es bueno «ir haciéndose a la idea. Está claro que no tenemos que pensar en ello todo el rato pero sí es conveniente pensar en ello para organizarse. Sabemos que va a ser difícil porque venimos de un periodo de descanso, pero indiscutiblemente vamos a tener que volver, así que lo ideal es hacerlo de la mejor manera posible».
En este punto, ha indicado, «es como los niños cuando vuelven al cole. Intentamos recordárselo, explicárselo y adaptarle a ciertas rutinas… pues con los adultos igual. Todo tiene un fin y siempre hay que pensar que ya queda menos para las próximas vacaciones. Aunque hay que recordar esos buenos momentos que hemos vivido en vacaciones, también debemos valorar que tenemos trabajo».
Vacaciones, ¿todas juntas o separadas?
Con respecto a si es mejor coger todas las vacaciones juntas o separarlas por días, la experta explica que «depende siempre de las necesidades de cada persona. Una no es mejor que la otra ni al revés».
Lo importante es «tener un buen nivel organizativo porque cada persona o cada familia tiene sus propias circunstancias. Adaptar eso a tus necesidades y a tu logística hará que disfrutes de las mejores vacaciones posibles, pues todo el mundo necesita desconectar. Depende mucho también de la empresa y de las posibilidades que den pero se necesita romper con la rutina, cambiar el ritmo, valorar otras cosas… pasar tiempo con la gente, relajarse… y eso es lo único que se debe hacer».
Además, los compañeros de trabajo también pueden ayudar a la reincorporación al trabajo. «Cuando uno vuelve de vacaciones, le gusta hablar, contar lo que ha pasado, experiencias, recordar ciertos momentos y, al final, se pasa mucho tiempo con los propios compañeros. Si ellos escuchan y preguntan también pueden hacer la vuelta un poco más fácil porque se sigue recordando momentos y compartir siempre ayuda a sentirse mejor».
Aún así, ha reconocido la experta, el periodo de adaptación «depende de la persona» pero la recomendación es que «si intentamos adaptarnos desde el principio y tener buen ánimo será todo más sencillo. Si el entorno de trabajo es bueno, nos vamos a sentir bien, recordar esas vacaciones que hemos tenido en verano y sobre todo hacernos a la idea de que otras vendrán, es importante para enfrentarse a la realidad final».
S.F
Fotografía: Ilastec