Actualmente, la confusión entre sentimiento y cariño está haciendo que muchas personas no sepan lo que es querer, y al no saberlo, lo lógico es que fracasen en sus cariño
Hay una película que a mí me pareció deliciosa, no sé si la habrán visto. Se llama El Violinista en el Tejado. Trata de un matrimonio de judíos en la Rusia de los zares. En un momento dado se les va a casar su hija mayor. Tiene alrededor de 25 años. La chica está ilusionadísima con el hecho de contraer matrimonio con el amor de su vida. Parece como si a su padre le sorprendiera, o le diera un poco de “morriña” el verla con esos sentimientos tan positivos. Debió de pensar algo así como: si esta niña, que conoce a su futuro marido hace poco tiempo, está tan contenta, mi mujer ¿lo estará también?
Quiso comprobarlo y de repente le preguntó a su mujer: “¿Tú me quieres?”
La respuesta es una de las más inteligentes y verdaderas que se pueden dar.
Le dice: “tú lo sabrás”. Y continúa: “Te he seguido durante veinticinco años a donde hemos tenido que ir, te he dado 8 hijos. Te he procurado obedecer. Te he cuidado cuando lo has necesitado. Te he atendido cuando has estado enfermo. Tú sabrás si te quiero”.
Como vemos, utiliza el lenguaje de su época y la forma de decir de su cultura.
Pero lo más maravilloso es que el marido le pregunta acerca del sentimiento que tiene hacia él. Si siente, más o menos, lo que su hija por su novio. Ella, sin embargo, no le contesta con un sentimiento, sino con un comportamiento. Con obras.
Si quieres saber si te quiero, mira lo que hago por ti. Es el famoso refrán español, el cual podríamos cambiar por: Obras son amores y no intensas emociones. El cariño se demuestra con obras.
¿Quién quiere más al abuelo? ¿El que va muchas veces a verlo a la Residencia de Ancianos donde vive, aunque le cueste, o el que no va nunca y dice que lo quiere mucho? Pues igual. El cariño se demuestra en el día a día, y no en momentos especiales en los cuales por lo emocionante del momento, uno siente mucho y por eso cree que quiere mucho.
Actualmente, la confusión entre sentimiento y cariño está haciendo que muchas personas no sepan lo que es querer, y al no saberlo, lo lógico es que fracasen en sus cariños. Le llaman cariño a lo que no es y falta de cariño a lo que −en muchas ocasiones− es amor del bueno.
José María Contreras
Fotografia: blog Nueces y Neuronas